El asunto de esta pieza fue cuánto ejercicio pictórico había que hacerle para que se siguiera viendo su estructura, cuándo parar de pintar, para que la pintura y la pieza hicieran una conversación en igualdad, el Ensamble. Por supuesto nos interesaba conjugar la geometría con lo que es orgánico, que fue nuestra primera motivación, pintando de forma etérea e incluyendo la luz a través.
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